LA SALVACIÓN ES UN PRODUCTO...
La Biblia nos revela que la salvación, como una obra terminada en el corazón el hombre pecador, es producto de los efectos triple y simultáneos que el Espíritu de Dios efectúa en el corazón del hombre. Esta obra triple es la JUSTIFICACIÓN, la REGENERACIÓN y la SANTIFICACIÓN. No hay salvación bíblica si uno de estos tres aspectos falta. No podemos ser salvos si no somos justificados, no podemos ser salvos si no somos regenerados y no podemos ser salvos si no somos santificados.
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